martes, 25 de marzo de 2008

Ryszard Kapuscinski

LALIBELA 1975

"Etiopía central es un altiplano enorme y vasto, cortado por numerosos barrancos y valles.

En la estación de lluvias, por el fondo de todas esas hendiduras fluyen unos ríos de corrientes rápidas e impetuosas. En los meses de verano parte de ellos se seca y desaparece, descubriendo un fondo seco y agrietado, por encima del cual el viento levanta grandes nubarrones de lodo pulverizado por la abrasadora acción del sol.

Sobre este altiplano, aquí y allá, sobresalen unas montañas de más de 3000 metros de altura que, a pesar de ello, no recuerdan en absoluto a los nevados y rocosos Alpes, Andes o Cárpatos. Son unas montañas de piedra erosionada por el viento, de color marrón y cobrizo, y sus cimas aparecen tan planas y lisas que podrían servir de aeropuertos naturales.

Al sobrevolarlas se ven aquí y allí chozas y cabañas de barro sin agua ni luz. La pregunta surge por sí sola: ¿cómo vive la gente allí? ¿de qué? ¿qué come? ¿por qué está allí? En lugares así, al medio día la tierra debe de tener la temperatura del carbón ardiendo, debe de quemar los pies y convertirlo todo en ceniza. ¿quién ha condenado a esa gente a este destierro infernal bajo el cielo? ¿por qué? ¿qué delito ha cometido?
Nunca he tenido ocasión de escalar a aquellos poblados solitarios en busca de respuesta. Tampoco aquí, en el altiplano he encontrado a nadie que pudiese decirme nada al respecto. Lo más probable es que ni siquiera conozcan de su existencia. Los miserables de allí arriba vegetan como al margen de la humanidad, nacen sin que nadie lo note y desaparecen, seguramente muy pronto, como seres desconocidos. Aún así, el sino de los que viven al pié de la montaña tampoco es mejor ni mucho más fácil."

("ÉBANO" RYSZARD KAPUSCINSKI)



1 comentario:

Roberto Recio dijo...

Buscando cómo hacer un viaje a
Etiopía, me encontré con tu blog, con tus fotos, con tu cita de Kapuscinski. Estoy comenzando a dibujar mi viaje, aún no sé cómo, pero al final tendrá los aderezos de una aventura estupenda. Te seguiré leyendo mas despacio.
Roberto